BIOGRAFÍA

A lo largo de todas las épocas, la danza ha sido un aspecto importante de todas las culturas. Entre las culturas primitivas, el baile fue una de las formas principales de expresión social y ritual religioso. Los hombres y las mujeres bailaban para ganarse los favores de los dioses, quienes proporcionaban el alimento, el refugio, la salud y la seguridad. Bailaban para expresar su alegría en los nacimientos, su felicidad en el amor, su valor en la guerra y su tristeza frente a la muerte.

Las tradiciones populares en Michoacán son resultado de la convivencia cotidiana e histórica de la cultura purépecha y mestiza que se han conservado y trasmitido por generaciones en cada comunidad constituyendo un fuerte vinculo de identidad cultural, la cual ha sido conformada por el correr de los años con la mezcla de costumbres y tradiciones compartidas entre las diversas regiones del estado.

La danza esta presente en todas sus festividades como la manifestación creativa que se ejecuta con pasos, movimientos y coreografías guiadas por cadenciosos ritmos musicales que se alternan con atuendos de vistosos colores y mascaras que representan la dualidad entre el bien y el mal, el respeto entre lo nuestro y lo extraño y la divinidad entre el día y la noche.

En la gran mayoría de las comunidades indígenas de nuestro país las fiestas se relacionan directamente con las celebraciones religiosas destinadas por lo regular a honrar al santo patrono , a celebrar la semana santa, a conmemorar las fechas consideradas como fiestas nacionales, a recordar la navidad y la candelaria y sobre todo a festejar a los muertos.

En este milenario mosaico de fiestas y danzas destaca la danza de los Arqueros de Santa Clara del Cobre, que nace en el año de 1950; y que hasta la fecha a incrementado su calidad artística, en las ejecuciones coreográficas que representan el culto a lo divino, en el rito que es la forma de agradecimiento por los favores recibidos en este transe. En ella se refleja el peregrinar del hombre en la búsqueda por encontrar los sentidos de sobrevivencia y mejores condiciones de vida.

Hoy en día esta danza a traspasado las fronteras de nuestro estado y ha reflejado por medio de la colectividad humana el medio que permite fortalecer y preservar las tradiciones y las

costumbres, acrecentando la identidad cultural de un pueblo por medio de la danza, como elemento simbólico de las fiestas religiosas.

La aparición de esta Danza, se da por el año de 1950, como un grupo artístico, que tiene la necesidad de acudir a la festividad del Miércoles de ceniza, al Cristo negro de Caracuaro... no fue fácil, las dificultades y obstáculos parecían más fuertes que la misma fe que se manifestaba por los peregrinos, sin embargo la irradiación y el asombro causados por el deseo de su participación lograron ser más fuertes y poder consolidar este colectivo humano. Desde entonces han sido de verdad, los años de trabajo, de pasión, de firmeza, de voluntad e imaginación los que han permitido alcanzar la realidad. Nada es fácil en esta vida, todo lo que más agrada y gusta tiene en su interior un sinnúmero de retos y elementos (económicos y sociales) que tienen que ser superados, Y esta Danza los ha sabido vencer, y año tras año ha estado presente de manera muy particular y especial en la Fiesta de ceniza del Cristo Negro en el cálido pueblo de Caracuaro, decimos muy particular y especial porque todo el recorrido se hace a pie desde Santa Clara del cobre, ida y vuelta, y en cada comunidad que visita en su peregrinar por las tardes se alegran con las canciones y los movimientos particulares de sus arcos y sonajas demostrando la mexicanidad que vibra con la resonancia del mestizaje, como la festividad bien preparada, que en los rincones, montañas y valles de estas regiones frías y cálidas de nuestro bello estado, hace recordar los sentimientos de los pueblos que contienen un pasado y un presente...

Al principio fue un grupo pequeño, como comienzan todas las cosas grandes. Entró a la batalla artística en un medio de muchas confusiones y polémicas; pero armado, como cierto escritor expresó una vez, "con la etérea gracia de la fe y la capacidad estratégica del trabajo.

Gran número de sueños infantiles se olvidan con el tiempo, pues hay muy pocos colectivos humanos, como esta Danza, que puede decir que sus sueños se hicieron más grandes y mejores en la realidad. Pero no se hicieron solos: los realizó el talento, la dedicación, el arte y la capacidad organizadora, que no ha dejado de percibir las fibras sensibles de un pueblo que expresa sus sentimientos para llevarlos, con el sutil armazón de una danza viva en movimiento.

El ritmo, los movimientos, la música en vivo unida a las presentaciones de los trajes, dan a este espectáculo un carácter único en el mundo. Es una danza que conjuga lo prehispánico, con lo actual pero en ambos tiempos aun baila a sus dioses, De la danza de los arqueros se podría escribir una historia. Pero son los bailarines los que la escriben con sus pies y sus brazos y su cuerpo en el escenario.

En sus más de cincuenta años de creación este Colectivo artístico, la danza de los arqueros ha realizado más de mil funciones y más de cien giras a lo largo y ancho del estado y del país. Estas funciones expresan en cada actuación sus ocho coreografías diferentes que confirman la excelencia dancística y folklórica.

En este espectáculo han participado excelentes bailarines, de familias que por más de tres generaciones han preservado esta tradición, como es la familia Parra, que actualmente

dirige, organiza y da vida, el Artesano José Antonio Parra Ramírez como parte de una herencia milenaria que se convierte en escuela.

El coraje dibuja a través de la danza en el aire la belleza que es un arte. Todo se inicia con la cruz dedicada al Padre Sol y a la Madre Luna, pasando por la sonaja que se teje entre los pies de las mujeres y los hombres que danzan sin cansancio, continua con el vaivén del tiempo que no muere, y los cruces que matizan de color todas las flores vespertinas que se hacen danza, por todos los árboles de las montañas que aplauden el fuego de la música, por todas las miradas que bailan al son del puente que se rompe o en el desliz de cacería que simula la serpiente para finalizar con toda la sangre en movimiento, esta danza manifiesta la elegancia y la fiesta más espectacular que pueda exhibirse en este peregrinar de la vida. Mientras los diablos y las muertes se ríen y lloran separando en este transe lo bueno de lo malo, como separar lo blanco de lo negro, o el día y de la noche.

Todo ello es una manifestación de alegría y buen hacer, el ritmo y la ilusión, la fuerza y el ardor del corazón, lo profundo, lo íntimo, el amor, todo baila con los pies con gran delicadeza, elegancia y pasión. Bien puedo decir que esta danza de los arqueros, para Santa Clara del Cobre, para Michoacán es canto, música y...Magia.

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